Es lógico...
Un rastrojero que pasa el invierno en Mardel y sus vacaciones a 50 mtros del mar termina un poquito oxidado. Pero nos llevaba y nos traía de todos lados. Yo seguía con mis 8 años y lo vehía como un vehículo de otro planeta. No tenía radio, tenía una guantera increiblemente grande, donde uno podía encontrar desde llaves, pañales, alambre, unas herramientas, pedazos de galletitas, clavos, papeles inservibles y una serie de cosas más. El óxido había desprendido casi completamente el techo (cabina simple) del marco de la puerta y la parte de arriba del parabrisas, la cosa es que estaba unido escasamente por la parte trasera de la cabina.
Algunos recordarán el típico espejito retrovisor del Rastrojero, del cual mi papá (Ogui) había atado un transformador, que pendulaba con el movimiento de la camioneta. Este transformador tenía una función específica que la voy a detallar oportunamente. Cuando volvíamos a Mardel de hacer compras o a la ída, los colectivos que venían de frente (bastante rápido) hacían que el techo zapateara y escupía óxido por todos lados. Asique se imaginarán cual era la función del transformador, la de mi hermano y la mía, al grito de un colectivo!!! por parte de Ogui, nosotros nos aferrábamos al péndulo, cual quinceañero a teta de prima, evitando la lluvia de chapitas y el desprendimiento total del techo..
La falta de radio nos divertía , por que así Ogui nos contaba sus historias divertidas (que incluiré más adelante) y de paso nos cantaba, la del unicornio, Saltando una verja, y cantautores como Manolo Galbán, Roberto Carlos, Perales, Pablo Milanés y gente de esa época...
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